miércoles, 9 de abril de 2008

Una masa que multiplica sus usos

El nene lleva vianda. Sí señora. El nene lleva vianda porque se queda a almorzar en el colegio. Un tema la combinación de los alimentos sanos y la practicidad de transporte. Pero... la magia de las empanadas!!! obviamente no va a llevar todos los días empanadas pero cuando las lleva pueden ser sustanciosas. La ventaja de los rellenos es que en ellos se disfrazan todos los "no me gusta" que los niños van adquiriendo en el mundo fast-food y que uno intenta desterrar con la paciencia del "tenés que comer de todo!". Uno no estudió psicología infantil como para andar negociando la vianda! ni tampoco somos de muchas vueltas.
Bueno, el tema es que si las empanadas de formato convencional (las criollas bah!) las hacemos con la masa de las árabes, éstas se convierten en una especie de pancito que puede encerrar los más deliciosos sabores y las fuentes de vitaminas más preciadas. A la masa le agregamos pimienta negra que aromatiza y no pica. La masa es suave, esponjosa y muy rica. Si les sobra, pueden hacer los bollitos y espolvorearlos con queso rallado o cebolla picadita. Serían "pancitos saborizados express"!.


Las empanadas de la foto tienen cebolla, morrón, pollo, perejil, huevo batido (porque "no me gusta el huevo duro"), aceitunas picadísimas porque "no me gusta la aceituna", pases mágicos y amor.


Se hace el gran bollo, se leva, se desgasifica, se arman los bollitos, se estiran con la mano, se rellenan, se arman y al horno en placa enharinada.
Las que faltan no sé si fueron robo, hurto o tentación!!!

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